El abrazo es la primera manifestación de amor que experimentamos en la vida y por ello, queda grabado en nuestra memoria como una acción de afecto, cariño, resguardo y protección. Abrir los brazos para cobijar a otro ser, posibilita la conversación con otra piel y también con las emociones internas.
Cuando nuestros padres abrazan, no sólo demuestran su gran amor sino que también nos procuran una mejor salud. Así, el abrazo de papá todo lo puede sanar, desde mejorar el desarrollo y crecimiento de bebés prematuros, disminuir el dolor y mejorar los niveles de glucosa en niños diabéticos, hasta mejorar el sistema inmunológico, entre otras sorprendentes aportaciones a la salud.
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Y es que el abrazo amoroso de papá, igual que el de algún ser amado, libera en nosotros oxitocina, hormona que se relaciona con las emociones y el placer. Diferentes estudios de la Universidad de Duke, Carnegie Mellon en USA y la Universidad de Medicina en Vienna, entre otras, coinciden en que múltiples beneficios devienen del abrazo a cualquier edad, como: disminución de estrés, sensación de seguridad, aportación de energía a través del tacto, el estado de ánimo mejora y también regula la presión arterial.
Si el contacto, el abrazo y soporte afectivo prolongan la vida, tiene poder analgésico, nos hace sentir bien, más seguros y queridos, deberíamos abrazar más, ¡mucho más!
Abrazar es tener apertura p ara vincularse desde dentro, dejarse tocar con el corazón, dejarse nutrir y contagiarse de alegría. Por eso, celebra a papá con un abrazo bien intencionado, lleno de amor.
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