Durante años un fenómeno que ocurre en el Valle de la Muerte, California, había dejado a científicos, geólogos e investigadores sin palabras. Se trata de las piedras caminantes, rocas de diferentes tamaños y pesos que van hasta los 320 kilos que se desplazan en Racetrack Playa, un lago seco y plano. Las huellas que dejan a su paso pueden ser rectas o curvas que se prologan hasta decenas de metros.
A pesar de las investigaciones, no habían encontrado la razón de su movimiento. Algunos lo atribuían a vientos muy fuertes e incluso a intervenciones alienígenas, pero hace poco, Richard Norris y su primo, James Norris, encontraron la causa del fenómeno.
La lluvia crea un finísimo lago artificial por encima del desierto. El agua se congela debido a las bajas temperaturas de la noche, posteriormente sube la temperatura al día siguiente, éste se descongela, dejando una superficie resbalosa, por lo que sólo es necesario un viento suave para que las rocas se deslicen.
La distancia que puede cubrir una de estas rocas varía, dependiendo de la fuerza del aire. Hasta ahora los investigadores han visto a más de 60 rocas moverse, siendo la ruta de 224 metros la más larga.
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